En la entrada titulada: “El Espíritu Santo ¿es algo o alguien?”, se ha considerado el hecho de que si bien existen manifestaciones simbólicas del Espíritu Santo (el viento, la paloma, el agua y el fuego), la Escritura también lo presenta consistentemente como un ser racional con identidad propia. Queda ahora por averiguar si ese ser, llamado Espíritu Santo, es creado (¿un ángel?), o es Dios. De esto trata esta entrada.
A través de toda la Escritura hay informaciones dispersas sobre el Espíritu Santo, y al reunir dichas informaciones encontramos que el Espíritu Santo realiza las siguientes obras:
- Habla como Dios: en Hch. 13:2 “dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y Saulo para la obra a que los he llamado”. Algo similar ocurre en He. 3:7-11, donde dice que el Espíritu Santo dijo a los israelitas: “me tentaron vuestros padres; me probaron… por tanto, juré en mi ira: no entrarán en mi reposo”. Su hablar es el hablar del Dios de los israelitas (cf. Sal 95:6-11). En He. 10:15-17 sucede algo parecido; el Espíritu Santo habló como el Dios de Israel (cf. Jer. 31:33, 34).
- Conoce y revela el futuro: Hch. 1:16 señala que el Espíritu Santo había hablado antes por medio de David acerca de Judas, quien traicionó a Jesús. Y 1 Co. 2:10 afirma que Dios revela por medio del Espíritu.
- Inspira a los profetas: en 2 P. 1:21 se le atribuye al Espíritu Santo el haber inspirado a los profetas: “los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.
- Reparte dones: también el decidir qué dones y a quiénes repartírselos, es una obra que se le atribuye al Espíritu Santo. “Todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Co. 12:11).
- Crea y da vida: “El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida” (Job 33:4). “Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra” (Sal. 104:30). “El Espíritu es el que da vida” (Jn. 6:63).
- Santifica: “Para que los gentiles le sean ofrenda agradable, santificada por el Espíritu Santo” (Ro. 15:16). “Ya habéis sido santificados… por el Espíritu de nuestro Dios” (1 Co. 6:11). “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu” (1 P. 1:2).
- Mora en el creyente: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Co. 3:16). "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo?” (1 Co. 6:19). En ambos pasajes, “templo de Dios” y “templo del Espíritu Santo significan lo mismo, son intercambiables. Es sabido, además, que un templo es la habitación de una deidad. También hay otros pasajes que hablan de la morada del Espíritu Santo en nosotros: “En esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” (1 Jn. 3:24). “En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu (1 Jn. 4:13). “Vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu” (Ef. 2:22). El Espíritu Santo es la manera como Dios vive en sus hijos; es Dios mismo que vive en nosotros.
La revelación bíblica nos da cuenta, además, de que el Espíritu Santo posee las siguientes cualidades:
- Es omnisciente: “El Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Co. 2:10, 11).
- Es omnipresente: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Sal. 139:7).
- Es eterno: “La sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios…” (He. 9:14).
- Se lo llama “Señor”: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Co. 3:17).
- Tiene santidad absoluta: Como su nombre lo indica, el Espíritu Santo es intrínsecamente Santo. Su santidad no es secundaria o derivada como la del templo o la de los seres humanos (cf. Is. 57:15).
Y encontramos también en la Biblia que el nombre del Espíritu Santo aparece asociado junto con el Padre y el Hijo:
- En Mt. 28:19: “Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
- En la bendición apostólica de 2 Co. 13:14: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”.
- En Jn. 14:16: “Yo [Jesús] rogaré al Padre, y os dará otro Consolador” [el Espíritu Santo].
- En Jn. 14:26: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre” [el nombre de Jesús].
- En 1 Pe. 1:2: “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo”.
Por último, mentirle al Espíritu Santo es mentirle a Dios:
- Hch. 5:3, 4: “Dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo…? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios”.
¿Cuál es tu conclusión a partir estos pasajes de la Biblia? ¿Es el Espíritu Santo un ser creado (un ángel), o es Dios? ¡Haz tu comentario!